La salivación abundante puede indicar lesiones graves o dolor.

Existen varios tipos de razas que por naturaleza salivan en grandes cantidades, sobre todo las grandes como el San Bernardo, el Mastín, el Bloodhound, el Boxer, entre otras. No obstante, si de manera repentina tu perro comienza a babear mucho –y no es una raza grande– esto puede señalar un problema de salud que se debe atender.

Causas:

Hambre: en ocasiones cuando los caninos huelen, ven comida o asocian un objeto con alimento, pueden salivar mucho, esto es una reacción, no es para preocuparse.

Náusea: los malestares estomacales pueden provocar esta reacción, si bien no es algo grave, puede generar vómitos y mareos. Hay que monitorear la evolución de su estado.

Problemas dentales: enfermedades orales como gingivitis o incluso dientes rotos pueden ser el motivo de la salivación. Si al revisar a tu perro notas anomalías en su boca, es necesario llevarlo al veterinario para evitar otro tipo de reacciones.

Cuerpos extraños: puede ser que tu can haya tragado un objeto que lo está obstruyendo. En estos casos también es necesaria la atención de un profesional.

Lesión:  la salivación es una forma para aliviar el dolor frente a un golpe en la boca, una úlcera, alguna quemadura, un corte en la lengua o algo atorado entre sus dientes, por lo que necesita una revisión y atención médica.

El tratamiento médico dependerá de la causa de la salivación, por lo que es necesario mantener una vigilancia, y aunque muchas veces esto puede ser algo natural en los perros, asegúrate de que no sea alguna reacción a un problema de salud que lo está afectando.