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Desafíos para el tratamiento del cáncer en perros y gatos

Avances en el campo de la medicina humana y veterinaria nos permiten ofrecer varias modalidades terapéuticas a los pacientes con cáncer, como la quimioterapia convencional, quimioterapia metronómica, cirugía oncológica, terapia-alvo, radioterapia, criocirugía, electro quimioterapia y la inmunoterapia.

 

En ese contexto, los cuidados paliativos en oncología veterinaria también se han desarrollado bajo el supuesto que todo paciente puede ser ayudado, independientemente de la situación económica y de la no adherencia al tratamiento por parte del tutor. En oncología veterinaria tenemos las terapias de apoyo, la terapia paliativa, el manejo de dolor, así como la posibilidad del tratamiento definitivo para algunos tipos neoplásicos: como la mastectomía para algunos tipos histológicos de carcinoma mamario o la quimioterapia convencional para el tumor venéreo transmisible (TVT), por ejemplo.

 

La mejor terapia varía según el tipo y el grado histológico del tumor, agregado a la estatificación clínica del paciente. En la mayoría de los pacientes con cáncer, el tratamiento quirúrgico puede ser la cura definitiva. La cirugía oncológica obedece a las conductas ya establecidas en consensos con el objetivo de la extirpación completa de la neoplasia y la retirada de margen de seguridad, o sea, piel libre de neoplasia, evitando así la recurrencia.

 

En tanto, nuevos tratamientos innovadores como la terapia-alvo ya existe con éxito en la medicina veterinaria como el Masitinib (Masivet, AB Sciense S.A., Paris, França), usado para el tratamiento del mastocitoma canino. Este es un medicamento que bloquea el receptor de tirosina quinasa que está mutado en muchos de estos pacientes y así previene la proliferación celular. En inmunoterapia veterinaria hay un tratamiento para melanoma que se ha demostrado aumentar la supervivencia de los pacientes en Estados Unidos (vacuna Oncept, Boehringer Ingelheim, Estados Unidos). En este escenario, avances en investigación y oncología comparada han permitido el descubrimiento de terapias que pueden contribuir a aumentar la supervivencia de los pacientes con cáncer.

Quimioterapia en perros y gatos: ¿Qué debemos saber?

La quimioterapia convencional es un tratamiento sistémico para las neoplasias que puede ofrecer al paciente oncológico mayor supervivencia con calidad de vida. La definición de quimioterapia se da como el uso de fármacos citotóxicos, o sea, fármacos que tienen la capacidad de causar daño químico a las células que se encuentran en división celular por interferir con el ciclo celular. El resultado del uso de la quimioterapia consiste en reducir el tamaño del tumor y aumentar la supervivencia de los pacientes con neoplasias metastásicas.

De acuerdo con la estructura química y el mecanismo de acción, los quimioterápicos son clasificados en agentes alquilantes, antimetabolitos, antibióticos antitumorales, alcaloides naturales y otros. El mecanismo de acción depende del fármaco utilizado, generalmente actuando en el ciclo celular y bloqueando la división celular o induce la apoptosis y la muerte celular.

En la quimioterapia convencional se hace uso de la dosis máxima tolerada por el paciente, siendo necesario un periodo de descanso después de su administración para minimizar los efectos adversos y permitir la recuperación de tejidos sanos. El intervalo entre las dosis varía de 7, 14, 21 o 30 días, con el inconveniente de la reaparición de células tumorales durante este período.

En tanto, la quimioterapia antineoplásica se clasifica en curativa, neoadyuvante, adyuvante y paliativa. Así que el veterinario oncólogo es el profesional más capacitado para hacer la indicación y elección terapéutica para los perros y gatos con cáncer.

• Quimioterapia curativa: se aplica en algunos tipos neoplásicos con el objetivo de la eliminación completa del tumor sin el uso de ninguna otra modalidad terapéutica, como en los TVT, linfomas y leucemias.

• Quimioterapia neoadyuvante: es hecha antes de la cirugía, con el objetivo de reducir la neoplasia y mejorar la oxigenación de los tejidos para una cirugía menos agresiva.

• Quimioterapia adyuvante: es hecha después de la extirpación del tumor con el objetivo de destruir posibles micrometástasis o cuando hay posibilidad de recurrencia.

• Quimioterapia paliativa: posible tratamiento para las neoplasias grandes con pocas posibilidades de cirugía, hecha para retrasar su evolución o reducir el tamaño de la lesión. Es una opción para la enfermedad metastásica también para retrasar su evolución con calidad de vida.

 

Efectos colaterales de la quimioterapia

Los fármacos citotóxicos no actúan específicamente sobre las células neoplásicas, sino que llegan a las células con alta actividad proliferativa, incluyendo las células normales que tienen actividad mitótica constante como las células de la medula ósea, epitelio de las vellosidades intestinales y los folículos pilosos. Por lo tanto, los efectos colaterales deben ser considerados y el estado general del paciente debe ser evaluado antes de establecer este tratamiento.

 

En general muchos perros y gatos no tienen efectos colaterales cuando hacen quimioterapia, pero signos gastrointestinales como vómitos, diarrea y mielosupresión pueden ocurrir. Así, los pacientes deben ser monitoreados con la realización de examen físico y de laboratorio antes de cada sesión. El efecto tóxico de los fármacos antineoplásicos variará según el medicamento y tiempo de administración.

 

El aumento en el número de casos de cáncer ha incrementado la búsqueda de tratamiento especializado en medicina humana y veterinaria. Así, el uso de la quimioterapia ya es una rutina en la práctica clínica. Todavía, los fármacos antineoplásicos presentan toxicidad y efectos adversos, en los pacientes y en los profesionales quienes los manipulan. La toxicidad variará con el tiempo de exposición a los fármacos. A largo plazo, los quimioterápicos tienen efectos teratogénicos, carcinogénicos y mutagénicos, siendo importante concientizar los profesionales del área con entrenamiento periódico del equipo.

 

En conclusión, la oncología veterinaria avanza en investigaciones para mejores diagnósticos y tratamientos, pero la prevención aún es la mejor solución para la reducción de casos en perros, gatos y humanos. El oncólogo veterinario tiene una importante función en este escenario. Un correcto abordaje y la decisión por una terapia asertiva e individualizada aumenta la posibilidad de que el tutor quiera tratar siendo posible el aumento de la supervivencia con calidad de vida.

Por Thaisa Reis dos Santos

Facultad de Ciencias Veterinarias, Instituto de Ciencias Veterinarias, Universidad Austral de Chile