Salud y buena vida Pets

Hablemos claro: Tu perro quiere "dominarte"

Mucha de la retórica canina que habla de “jefe de manada”, “perro alfa” o “perro dominante” en Internet, medios de comunicación y redes sociales tiene asiento en la Teoría de la Dominancia del Dr. David Mech, quien estudió el comportamiento de los lobos, tomando ejemplares de distintas manadas no emparentados entre sí para hacerles convivir en cautiverio, y que le sirvió para publicar un libro -en 1970- en el que impulsaba la teoría del “Alfa”, una suerte de “jefe de manada” que, por la vía de la fuerza y la agresividad, imponía las reglas al grupo.

 

Treinta años más tarde, el mismo Mech sostuvo que la teoría era errónea, y que los lobos en realidad no se comportan de esa manera, sino más bien (estudiados en su propio hábitat y no en cautiverio) se mueven en torno a una estructura familiar de cooperación mutua, con un padre y madre reproductores que crían, educan e interactúan con sus cachorros y el grupo de manera colaborativa.

 

El problema es que, por treinta años, el adiestramiento canino alrededor del mundo hizo eco del postulado inicial de Mech, extrapolando su teoría a la vida entre humanos y perros, advirtiendo que si el humano no dominaba al perro, el perro dominaría al humano, y ello dio pie al surgimiento de técnicas y herramientas aversivas que tanto daño hicieron (y han hecho) a la relación humano/perro, como el Alpha Roll, los collares de ahorque o de púas, tirones de correa para “corregir” conductas, golpes y amedrentamiento.


¿Qué dice la ciencia hoy al respecto? Los perros que son entrenados con técnicas y herramientas de castigo físico (que también generan daño emocional) se estresan más, aprenden menos y son emocionalmente más inestables que aquellos perros que son entrenados sobre la base del refuerzo positivo. Su bienestar, por tanto, está en juego.

 

En diciembre de 2020, la revista PLOS ONE publicó los resultados de un estudio (https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0225023#sec027) liderado por la Doctora Ana Catarina Vieira, de la Universidad do Porto (Portugal), titulado “¿Importa el método de entrenamiento? Evidencia del impacto negativo de los métodos basados en aversión en el bienestar del perro de compañía”.

 

Estudiaron el aprendizaje de dos grupos de perros: uno entrenado sobre la base del refuerzo positivo y otro sobre la base de sistemas aversivos. ¿Qué ocurrió? Los perros entrenados con aversivos mantuvieron altos sus niveles de cortisol en sangre (estrés) por mucho tiempo, incluso en períodos de relajo, mientras que los perros entrenados bajo el refuerzo positivo no presentaban estrés y tenían mayor disposición a aprender.

 

Como el anterior, hay muchos estudios alrededor del mundo que plantean y concluyen lo mismo. Por lo tanto, ¿debemos controlar a nuestros perros?, ¿Dominar a nuestros perros? ¡NO!, debemos entenderlos, trabajar en equipo con ellos y asumir de una vez por todas que el refuerzo positivo y el trabajo en equipo son el camino que mejor dialoga con el bienestar físico, mental y emocional de los caninos.

 

Elige educar en vez de dominar. Elige integrar en vez de controlar. Elige entender en vez de gritar.

 

La responsabilidad nunca es del perro: la educación del perro depende de cuán educado esté el humano que vive con él. Labor nuestra es estudiar, investigar y mantenernos actualizados por el bien de nuestros perros.

Por Juan Andrés Inzunza B.

Educador Canino y Adiestrador Entrenador Canino Acreditado International Association of Animal Behavior COnsultants (IAABC – ECA) Director Educandogs® www.educandogs.cl